La idea que simplificó la transcripción
Por Adolfo Munizaga, cofundador de Wovi
Todo empezó en un almuerzo. De esos momentos en que, entre bromas, surgió una pregunta simple: “¿No hay una forma más fácil de transcribir?” Ese día, nos dimos cuenta de algo. Perdíamos demasiado tiempo en procesos manuales: transcribir focus groups, llamadas de call centers, clases y un sinfín de otros audios. Lo más frustrante era que las herramientas que ya existían no transcriben bien el español (menos el español chileno). Están llenas de errores en sus transcripciones y no reconocen correctamente las palabras.
Almuerzo
Decidimos entonces hacer algo al respecto. No se trataba solo de crear una nueva herramienta, sino de diseñar una solución que realmente funcionara para nuestra región. Con esa idea en mente, nació la primera versión de Wovi Transcript. No era perfecta. Transcribir una hora de audio nos tomaba 15 minutos, lo cual no era precisamente rápido, y el diseño… digamos que dejaba bastante que desear. Pero lo más importante estaba ahí: la idea funcionaba, y nuestros primeros usuarios lo notaron. En el primer mes, sin hacer demasiado ruido, ya teníamos 1.000 usuarios. Un par de meses después, éramos 3.000. La demanda crecía y, con ella, los desafíos.
Con ese impulso, nos ganamos un lugar en Start-Up Chile, un hito que nos permitió escalar y perfeccionar nuestra tecnología. Ahí aprendimos mucho, desde cómo optimizar nuestro sistema hasta cómo conectar mejor con las necesidades de quienes usaban la plataforma. Pero más allá de la tecnología, algo quedó claro: nuestro propósito es empoderar a personas y organizaciones para que puedan tomar decisiones responsables y basadas en datos avanzados.
Hoy, Wovi Transcript sigue evolucionando, pero manteniendo la misma esencia que nació en aquel almuerzo: crear una herramienta que realmente resuelva problemas, ahorre tiempo y, sobre todo, sea confiable. En un mundo donde cada decisión cuenta, lo más valioso es contar con información clara y precisa