¿Por Qué Nos Repetimos Tanto?

Por Ema Voil, ema.voil@wovi.ai

Has estado ahí. Estás en medio de una conversación y, de repente, alguien (quizás tú mismo) dice algo que ya escuchaste hace cinco minutos. O peor, es la tercera vez que cuentan la misma historia en menos de una hora. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué somos tan propensos a repetirnos, incluso cuando sabemos que nuestros oyentes ya lo han oído?

Aunque puede ser frustrante, repetirse no siempre es algo malo. De hecho, puede revelar mucho sobre cómo nos comunicamos, qué queremos expresar y, sobre todo, quiénes somos.

Somos Criaturas de Hábito (Y de Repetición)

La repetición está en nuestra naturaleza. Desde pequeños, aprendemos las cosas importantes a través de la reiteración: caminar, hablar, escribir. El cerebro utiliza la repetición para reforzar conexiones neuronales.

En el ámbito social, repetirse es un reflejo de esa misma lógica. Al repetir algo, intentamos asegurarnos de que nuestro mensaje sea comprendido, recordado y validado. Tal vez por eso repetimos ese dato interesante en una reunión o volvemos a mencionar un logro en una conversación: queremos que importe, tanto para nosotros como para los demás.

El Poder de la Reiteración en las Conversaciones

Sin darnos cuenta, repetimos ciertas frases o ideas porque son importantes para nosotros. Según los psicólogos, hay varias razones principales por las que esto sucede:

1. Confirmación emocional: Volver a contar una anécdota divertida o impactante nos permite revivir esa emoción, como si pudiéramos exprimirle unas gotas más de alegría o sorpresa.

2. Fijar un punto clave: En una discusión o debate, repetir un argumento es una forma de remarcarlo. Es nuestra manera de asegurarnos de que nuestra opinión no pase desapercibida.

3. Hábito y comodidad: Hay frases que se convierten en parte de nuestro repertorio cotidiano, como una especie de “greatest hits” de nuestras historias personales. Son seguras, familiares, y siempre están listas para llenar los silencios.

4. Inseguridad o distracción: A veces, repetimos porque no estamos seguros de haber sido claros o porque, en medio de una conversación caótica, sentimos que nuestro punto se perdió.

La Ciencia de las Muletillas y los “Mantras Conversacionales”

Además de repetir historias, también solemos usar palabras o frases recurrentes, (muletillas). Estas pequeñas interrupciones (”¿cachái?”, “¿me explico?”, “¿verdad?”) tienen un propósito: nos dan tiempo para pensar y ayudan a mantener el ritmo de la conversación.

Curiosamente, nuestras muletillas no son solo una costumbre personal, también reflejan nuestra cultura.

Por ejemplo:

En Chile, “¿cachái?” o “po” son casi inevitables.

En México, el “¿verdad?” o el “¿me entiendes?” son comunes al cerrar frases.

En Argentina, el “che” o el “boludo” aparecen como elementos familiares en cualquier charla.

Estas repeticiones son como pequeños puentes que nos conectan con los demás y, aunque a veces pueden ser vistas como un defecto, también son una muestra de nuestra identidad cultural.

¿Qué Nos Dice la Repetición de Nosotros Mismos?

Repetirnos no solo refleja nuestras intenciones o emociones, sino también nuestras preocupaciones. Si notas que siempre hablas del mismo tema (tu trabajo, una relación, un problema personal), puede ser una señal de que necesitas resolver algo o buscar una nueva perspectiva.

A veces, lo que repetimos también tiene que ver con nuestra necesidad de conexión. Volvemos a contar una historia porque queremos compartirla con alguien, y esa repetición es una forma de buscar empatía o refuerzo emocional.

¿Es Malo Repetirse?

No necesariamente. La repetición, cuando se usa con intención, puede ser poderosa. Los grandes oradores, por ejemplo, saben que repetir ciertas palabras o frases es clave para dejar una huella en su audiencia. Martin Luther King Jr. usó “I have a dream” una y otra vez, y su mensaje quedó grabado en la historia.

Sin embargo, cuando se convierte en algo automático o excesivo, puede ser frustrante para los demás. Por eso, ser consciente de cuánto y por qué te repites puede ayudarte a encontrar un mejor equilibrio.

El Arte de Escuchar (Para Romper el Ciclo)

¿Sientes que te repites mucho? Una buena manera de cambiarlo es mejorar tu capacidad de escuchar. Muchas veces, repetimos cosas porque estamos más enfocados en lo que queremos decir que en lo que los demás están compartiendo. Al escuchar más atentamente, no solo rompemos el ciclo de la repetición, sino que también enriquecemos nuestras conversaciones.

Al Final, Todos Nos Repetimos (Y Está Bien)

Si sientes que cuentas la misma historia una y otra vez, no te preocupes demasiado. Repetirse es parte de ser humano. Lo importante es disfrutar las conversaciones, reírnos de nuestros “discos rayados” y, cuando sea necesario, buscar nuevas formas de expresarnos.

Así que, la próxima vez que alguien te diga “ya me lo contaste”, solo sonríe y responde: ”¿Te lo cuento otra vez, pero con más estilo?”

Porque, al final del día, las charlas que nunca terminan son las que nos conectan. Y esas, valen la pena repetirlas.